18 Jun Actualización y Unificación Terminológica en Tartamudez I
Antes de adentrarnos en el apasionante y misterioso mundo de la Tartamudez, me parece imprescindible aclarar y unificar términos en torno al tema. Algunos de los que antes se utilizaban se han quedado desfasados con los conocimientos actuales, otros generan confusión a las personas no especialidades en el tema y otros directamente son terminologías que se usan sin sentido o simplemente por falta de comprensión de lo que la Tartamudez en realidad es.
Así pues, vamos allá. He decidido dedicar los siguientes post a estas tres cuestiones:
- Capítulo I- ACLARACIÓN DE TÉRMINOS.
- Capítulo II- COMPARACIONES Y CONFUSIONES TERMINOLÓGICAS.
- Capítulo III- TÉRMINOS EN DESUSO O INADECUADOS.
Aclaración de Términos
Tartamudez:
Denominado como TARTAMUDEO según el Manual de Diagnóstico Internacional de Trastornos Mentales (DSM-V) (APA, 2014) se trata de un trastorno de la fluidez habla y está considerado dentro de los trastornos del Desarrollo, en el subgrupo de la Comunicación.
(Para aquellos que no manejen el DSM-V, es el manual que clasifica los trastornos en general, incluidos los del lenguaje, no quiere decir que la Tartamudez sea un trastorno mental).
Fluidez:
Pero entonces… ¿Qué es en realidad la fluidez? La fluidez es ese flujo fácil y continúo de las palabras, al que nuestro cerebro debe acceder a una velocidad increíble y que trasladadas al momento del habla (voz, fonación, articulación…) se convierten en un conjunto de movimientos musculares y respiratorios coordinados y secuenciados que producen sonidos, en este caso FONEMAS. Por tanto, hablar fluido, desde un punto de vista motor, significa hablar fácil, sin esfuerzo, sin interrupciones y a una velocidad socialmente aceptable en tu entorno. Desde un punto de vista del lenguaje, hablar fluido implica hablar a una velocidad media, constante, donde no surja ese efecto de “punta de la lengua” (dificultad de acceso al léxico).
Tartamudez Persistente del Desarrollo:
Conocida como Tartamudez o Disfemia es un cuadro diagnóstico, un conjunto de características del habla que aparece entre los 2 y 5 años, normalmente, si es del Desarrollo. Se denomina persistente por que acompaña a la persona que tartamudea toda su vida, aunque pueda llegar a manejarla.
Disfemia:
Es un sinónimo de la definición anterior, utilizada sobre todo en el entorno clínico o profesional.
Disfluencias:
Son cada una de estas rupturas en el flujo del habla. Pueden clasificarse por:
- Tipología de las disfluencias: Bloqueo (No sale el sonido o fonema), Prolongación (se alarga más de lo habitual un fonema) y Repetición (reiteración de 2, 3, 4… veces una palabra, una sílaba o un fonema).
- Frecuencia de disfluencias: el número o porcentaje de sílabas o palabras (según autor) tartamudeadas. Es decir, la frecuencia de aparición de las mismas en un tiempo dado. Es muy variable.
- Severidad de las disfluencias: cómo es “cada disfluencia” en cuanto a tiempo o fuerza del espasmo o contracción que te impide continuar hablando. Es muy variable.
Comportamientos Primarios:
Son las disfluencias. Que sería la parte involuntaria y primitiva del trastorno.
Comportamientos Secundarios:
Son las reacciones que nos provoca una disfluencia, respuestas al principio semi-voluntarias que pueden llegar a automatizarse. No todas las personas los realizan y suelen ser de un tipo u otro según épocas. Podemos clasificarlos de tres formas:
- Fisiológicos: reacciones con el cuerpo, normalmente de fuerza en el propio aparatado fonador, o movimientos asociados con otras partes del cuerpo. A veces pueden acabar generando Pseudo-tics.
- Verbales: respuestas que afectan al discurso. Sustitución de una palabra, sinónimos, circunloquios, evitación a hablar (pudiendo llegar en los pequeños a un mutismo temporal recuperable) y muletillas.
- Emocionales: unas veces, aparecen por impotencia al no poder hablar, estos se dan desde las primeras disfluencias pudiendo observarlas incluso en los niños más pequeños. Otras veces aparecen por el paso del tiempo, preadolescente, adolescentes y adultos, al observar las reacciones de los demás, al elaborarse una autoimagen negativa, con creencias, no siempre ciertas en torno a las disfluencias, al verse envueltos en situaciones comunicativas difíciles, etc. esto va generando ansiedad o miedo al habla, así como pensamientos negativos antes o después de la disfluencia.
Trastorno neuromotor:
Hace referencia a que la Tartamudez es producto de un desorden o disfunción en el área del cerebro encargada de la preparación de los movimientos que intervienen en el habla. (Área premotora y núcleos de la base)
Tartamudez fluida:
Llamamos así a la salida libre, fácil, cómoda y sin esfuerzo de una disfluencia.
Patrón de habla:
Conforma el conjunto de parámetros que componen nuestro para-lenguaje, la parte más “formal” del habla: la velocidad, fuerza o suavidad articulatoria, el volumen, las pausas, la entonación…
Aceptación:
Llamamos aceptación al acto de NO autodiscriminarse, castigarte, avergonzarte, etc. por tu Tartamudez. Aceptar tu condición, tu característica propia del habla. Aceptarse no implica resignarse, significa que le das la mano, y no luchas contra ella.
Texto propiedad de Raquel Escobar Díaz, logopeda colegiada nº 15/0338 protegido por la Ley de Propiedad Intelectual 2/2019 del 1 de Marzo publicado en el BOE 2019
No Comments